La alimentación influye en el sistema gastrointestinal




Ya vimos que los alimentos funcionales son alimentos que mejoran la salud. Es decir, no sólo alimentan sino que se consideran como medicinas que nos ayudan a restablecer la salud o a prevenir enfermedades.


Podemos encontrar referencias diversas a alimentos funcionales y para entendernos los hemos clasificado en:


    Naturales: como la soja por sus isoflavonas, la uva negra por el resveratrol, el brócoli por el sulforafano, el yogur por los lactobacilos…
    Artificiales: alimentos modificados, a los que se añade algún componente en su proceso industrial, en busca de efectos beneficiosos: como leche con calcio añadido o con omega 3, cereales ricos en fibra.
También se utiliza el término “nutracéuticos” para estos alimentos, sobre todo para los enriquecidos de forma artificial.


Por nuestra parte, no recomendamos el uso de alimentos modificados por la industria, debido a las dudas que nos pueden suscitar las dosis extras de nutrientes de síntesis de no sabemos qué calidad.  Además de que la absorción de nutrientes fuera del contexto de su alimento propio no es adecuada.


Siempre estaremos a favor de alimentos naturales, tomados en su justa medida y de la mejor calidad posible.   Pensamos que la naturaleza ya sabe ofrecernos alimentos completos y perfectos ¡no necesitamos que la industria los mejore!
Serie sobre alimentos funcionales naturales para la salud gastrointestinal


Vamos a tratar durante las 4 próximas semanas en profundidad el tema de los alimentos “funcionales” naturales beneficiosos para nuestra salud gastrointestinal.  Son realmente importantes en nuestra alimentación, ya que no debemos olvidar la estrecha relación existente entre nuestro intestino y nuestro sistema inmune. Cuidando nuestro intestino estamos ayudando enormemente a nuestro sistema inmune:  todas las personas en procesos de enfermedades crónicas, en tratamientos de quimioterapia, infecciones deben tener esto muy en cuenta.


Los alimentos prebióticos son hidratos de carbono no digeribles (generalmente fibra soluble), que ejercen un efecto beneficioso sobre la fisiología intestinal al estimular selectivamente la proliferación y/o el metabolismo de una o de un número limitado de bacterias del colon, generalmente Bifidobacterias y Lactobacilos. Los hidratos de carbono candidatos a comportarse como prebióticos son los oligosacáridos  (compuestos de 2-10 moléculas de monosacáridos unidos).
Tipos de prebióticos


Entre los oligosacáridos considerados actualmente como funcionales, encontramos:


    Fructanos: inulina y FOS (fructooligosacáridos). Estas sustancias se encuentran en la cebolla, ajo, alcachofa, espárrago, tomate, puerro, plátano, trigo, centeno, cebada, raíz de achicoria (a partir de la cual se produce comercialmente la mayoría de inulina mediante un proceso de hidrólisis enzimática parcial).
    Oligosacáridos de la soja: como la rafinosa y la estaquiosa.
    Isomalto Oligosacáridos: se obtienen por hidrólisis enzimática del almidón procedente de distintos cereales y/o tubérculos, de modo que los podemos encontrar en alimentos fermentados como el miso de arroz, sake, etc.
    Galactooligosacáridos (GOS): procedentes de la leche mediante tratamientos.
    Lactulosa: obtenida por tratamiento térmico de la lactosa.


Las bacterias son selectivas


En nuestro colon no todas las cepas se “alimentan” de los mismos tipos de prebióticos. Así, por ejemplo las Bifidobacterias presentan un rango más amplio de productos a los que fermentan como son: FOS, FOS sintéticos, Inulina e Hidrolizados de Inulina y GOS. En cambio, los Lactobacilos fermentan GOS y Lactulosa. Esto nos hace pensar que lo adecuado para mantener a estas cepas bien “alimentadas” es consumir una variedad de prebióticos.
¿Cómo nos benefician los prebióticos?


Las evidencias científicas demuestran que tienen efectos positivos a distintos niveles.


    Efecto sobre el tránsito intestinal
       No son digeridos en el intestino delgado.
       Producción de AGCC (ácidos grasos de cadena corta).
       Reducción del pH en el lumen intestinal (por AGCC).
       Aumento de las bacterias intestinales y del volumen fecal.
       Favorecen la regulación del tránsito intestinal.
       Bifidobacterias y Lactobacilos son resistentes al descenso de pH frente a Clostridium, que no lo resisten.
    Funciones gastrointestinales
       Control del tiempo del tránsito.
       Favorece la motilidad de la mucosa.
       Regulación en la proliferación de células epiteliales.
       Equilibrio de la flora intestinal.


A estas evidencias ya constatadas, probablemente se añadan otras que están en fase de experimentación y que presentarán una acción sobre la prevención de trastornos intestinales infecciosos, reducción de triglicéridos y colesterol en sangre, reducción del riesgo de cáncer de colon, regulación de la respuesta inmune ante factores de estrés.
¿Ingerimos suficiente cantidad de prebióticos con nuestra dieta?


Se ha comprobado que la ingesta diaria habitual de FOS es de unos 13.7 mg/kg de peso corporal al día (aprox. 1 g/día). Las recomendaciones diarias de FOS para que actúen como bifidogenicos se sitúan entre 2-10 g/día (0.3-0.4 g/kg peso corporal/día).


Hay que tener en cuenta que dosis superiores a 20 g/día pueden provocar flatulencia, ligera distensión abdominal, diarrea o calambres.


Respecto a la alimentación infantil, la mezcla de FOS/GOS, administrada de forma temprana en las fórmulas infantiles, se ha demostrado como efectiva reduciendo el riesgo de padecer: dermatitis atópica, alergias, infecciones intestinales, infecciones respiratorias, así como estimulante del crecimiento de una flora intestinal sana, la cual refuerza el sistema inmune del lactante durante los primeros meses de vida. En este sentido, la Comisión Europea (26 de septiembre de 2001), confirmó de acuerdo con estudios realizados, que el uso de oligofructosa produce efectos beneficiosos para la salud intestinal, siendo seguro en la alimentación infantil, permitiéndose el empleo de inulina y oligofructosa en concentraciones de hasta 0,8 g/100 ml.
Usos industriales de los prebióticos en alimentación humana


La industria utiliza los prebióticos para modificar la textura o cremosidad de algunos alimentos y mejorar la textura y palatabilidad (sabor) en productos alimenticios bajos en grasas. Se utilizan para:


    Sustitución de grasas: en mayonesas y quesos.
    Reducción del contenido calórico: por ejemplo en los sucedáneos de chocolate, al sustituir por la manteca de cacao.
    Retención de agua: en pastelería, panificación, embutidos, pan de molde.
    Evitar la formación de cristales: en heladería.
    Emulsionar: en margarinas.


Así, podemos encontrar los prebióticos en los cereales, fórmulas infantiles, postres (gelatinas y jaleas), productos de bollería (pan de molde, galletas, pastas), productos lácteos (yogur, quesos frescos, leches, bebidas lácteas), sustitutos de azúcares, reemplazantes de grasas, bebidas y zumos. No olvides aprender a relajarte para no aumentar la sintomatología gastrointestinal.

Comentarios

Entradas populares de este blog

La enfermedad gastrointestinal silenciosa